Un trastero suele ser ese rincón al que solo vamos cuando no sabemos dónde meter algo. Pero, ¿y si le diéramos otro uso? Cada vez más gente lo está haciendo. No es raro: con pisos cada vez más justos, aprovechar cada metro es casi una necesidad.
Y aquí es donde entra la idea de cómo transformar un trastero. No hace falta tener un gran espacio. Lo que cuenta es imaginarlo de otra manera. Puede convertirse en una mini oficina, un gimnasio para ti solo, una despensa bien pensada o ese sitio para tus manualidades que siempre has querido. Opciones hay muchas. Lo importante es que el lugar funcione, que sea cómodo, y ya que estamos… que también quede bonito, ¿no?
¿Por qué vale la pena meterse en esto?
Quizá te estés preguntando si de verdad compensa el esfuerzo. Bueno, depende de lo que busques. Pero hay razones de peso para planteárselo en serio.
Más espacio sin mudanzas. Aprovechas lo que ya tienes, sin tirar tabiques ni hacer obras enormes.
Todo más a mano. Cuando ordenas con lógica, dejas de perder tiempo buscando cosas.
Ganas valor en casa. Si algún día alquilas o vendes, un trastero acondicionado puede marcar diferencia.
Puedes adaptarlo más adelante. Hoy lo usas para una cosa, mañana para otra. Eso da libertad.
Así que sí, no se trata solo de “arreglarlo un poco”. La clave está en darle un uso real, útil de verdad.
Antes de lanzarte: ¿qué hay que revisar?
Aunque la idea sea sencilla, hay un par de temas que conviene tener claros desde el principio.
Por ejemplo, si tu plan es usar el trastero como espacio habitable —una oficina o estudio, por decir algo— puede que tengas que tramitar un cambio de uso en el ayuntamiento. No siempre es obligatorio, pero hay casos en los que sí.
La ventilación también es clave. Aunque no pases mucho tiempo dentro, es importante que haya aire circulando. Si no hay ventana, un sistema forzado puede ser la solución. Y si hay humedad, mejor detectarla pronto. Un higrómetro te puede dar pistas.
¿Vas a poner aparatos eléctricos? Entonces te interesa que tenga su propia instalación, o al menos un diferencial independiente. Así evitas problemas más adelante.
Y un apunte más: usar materiales resistentes al fuego y poner un simple detector de humo no cuesta mucho, pero suma seguridad. Nunca está de más.
Ahora, si solo vas a hacer una despensa o un rincón para tus herramientas, probablemente no necesites complicarte tanto. Pero por si acaso, pregunta. Mejor eso que llevarse un susto.
Paso 1: Echa un buen vistazo al espacio
Antes de soñar con cómo te va a quedar, hay que mirar lo que tienes entre manos. Conocer el espacio te ahorra disgustos más adelante.
Toma medidas, tanto de ancho como de alto y largo. Parece obvio, pero muchas veces se subestima. Si hay filtraciones, manchas raras o paredes que se están pelando, toca resolverlo primero. Lo mismo con el suelo. ¿Está nivelado? ¿Hay grietas?
Un trastero con mucha humedad puede darte más dolores de cabeza que alegrías. Con un higrómetro puedes saber si necesitas mejorar la ventilación o meter un deshumidificador.
Y si tienes una ventanita, ya tienes medio punto ganado: la luz natural siempre suma. Pero si no, tranquilo, que con una buena planificación también puedes lograr un ambiente agradable.
Paso 2: Prepáralo para que funcione bien
Antes de decorar o poner muebles, toca dejarlo en condiciones. No hace falta hacer una obra mayor, pero sí asegurarte de que todo esté controlado.
¿Hay humedad? Pues a arreglarla. Quizá con un extractor o con rejillas de ventilación cruzada. Y una capa de pintura antimoho nunca está de más.
¿Frío o calor excesivo? Aísla. Puedes poner lana mineral o paneles rígidos. El confort se nota, sobre todo si vas a pasar tiempo ahí.
¿Vas a usar electricidad? Planea bien los enchufes, los puntos de luz y cómo quieres iluminar cada zona. Mejor dejarlo hecho desde el principio que improvisar luego con alargadores.
Y ojo con el suelo: mejor uno que aguante bien la humedad. Vinílico, cerámico o pintura epoxi pueden ser buenas opciones, según lo que busques.
Paso 3: Define para qué lo quieres
Aquí está la parte divertida. Porque cómo transformar un trastero cambia mucho según el uso que le vayas a dar. Te dejo algunas ideas:
¿Una oficina o estudio en casa?
Perfecto si teletrabajas o necesitas un rincón tranquilo para concentrarte.
- Un escritorio pequeño o abatible va genial si no sobra espacio
- Estanterías altas o modulares para no saturar el suelo
- Una buena luz de escritorio y conexión eléctrica estable
¿Taller de manualidades o bricolaje?
Para los manitas o creativos, es una maravilla tener tu propio rincón.
- Banco de trabajo estable
- Panel perforado (pegboard) para tener las herramientas a la vista
- Cajas o botes etiquetados para no perder nada
¿Gimnasio casero?
Si no te apetece ir al gym o quieres entrenar en casa, esto te va a encantar.
- Esterilla, pesas, bandas… lo básico
- Espejo grande para corregir posturas
- Ventilación: aquí sí que importa, y mucho
¿Despensa o almacén bonito?
Ideal para tener comida o productos ordenados sin invadir la cocina.
- Baldas ajustables a distintas alturas
- Recipientes herméticos, cajas con etiquetas
- Clasificación por frecuencia de uso
Paso 4: Que todo esté en su sitio (y que se vea bien)
El secreto de que un trastero no vuelva al caos es el orden. Pero no solo práctico, también visual. Aquí algunas claves que ayudan:
- Zonas diferenciadas: lo que usas a diario, al alcance; lo estacional, arriba del todo
- Estanterías hasta el techo: bien firmes y seguras
- Sistemas modulares: si más adelante cambias de idea, los puedes reorganizar
- Cajas con etiquetas: suena básico, pero marca la diferencia
Paso 5: Juega con la iluminación
Aunque no lo parezca, la luz transforma el ambiente. Y sí, aunque no haya ventana, puedes hacer que parezca más amplio, cálido y acogedor.
- Luz general: un plafón LED o carril central, sencillo y eficaz
- Luz puntual: un flexo, una lámpara de pinza, lo que te ayude a ver bien donde trabajas
- Luz ambiental: tiras LED, por ejemplo bajo estantes, dan ese toque de calidez
No se trata solo de ver. Se trata de cómo te hace sentir el espacio.
Paso 6: Añade detalles con personalidad
Aquí es donde el trastero se convierte en “tu sitio”. Elige materiales que te gusten, colores que te den buenas sensaciones y alguna pieza que destaque.
- Colores claros para que rebote la luz
- Texturas naturales: madera, mimbre, metal… mezclan bien
- Un mueble con carácter o una estantería diferente que rompa la monotonía
- Y si hay alguna parte fea (como un contador o zona de almacenaje), escóndela con una cortina o puerta corredera
Paso 7: Distribuciones posibles según el espacio
No necesitas muchos metros. Solo buenas ideas y algo de planificación.
Trastero pequeño (2–3 m²)
- Oficina con escritorio abatible y estantes verticales
- Despensa en forma de U con pasillo en medio
Trastero mediano (3–5 m²)
- Taller de bricolaje con banco y panel de herramientas
- Mini gimnasio con rack plegable y espejo
Trastero grande (5–8 m²)
- Espacio híbrido con zona de trabajo y almacenaje separado
Paso 8: No descuides el orden con el tiempo
Transformarlo es solo el comienzo. Que siga siendo útil es otra historia.
- Cuando metas algo nuevo, intenta sacar otra cosa: así no se acumula
- Cada tres o cuatro meses, revisa qué hay. ¿Lo usas todavía?
- Limpieza básica cada tanto: polvo, olores, bichos… mejor prevenir
En Tecnic Project te ayudamos a sacarle partido
En Tecnic Project llevamos años haciendo reformas integrales en Mallorca. Y si algo tenemos claro es que sabemos cómo transformar un trastero en un rincón con valor. No importa si buscas un cambio pequeño o una reforma completa. Diseñamos, ejecutamos y te asesoramos en todo: desde cumplir normativa hasta aprovechar cada metro.
¿Vives en Mallorca y te apetece darle nueva vida a ese espacio que hoy parece invisible? Escríbenos. Estaremos encantados de ayudarte a convertirlo en algo útil, bonito y hecho a tu medida. A veces, el cambio empieza por el rincón más inesperado.


