Cada vez hay más personas en España que deciden reformar una segunda residencia para uso vacacional. Algunos porque quieren tener su propio espacio para escaparse unos días; otros, porque ven una oportunidad para alquilarla por temporadas y sacarle partido. Lo cierto es que, sea por placer o negocio, una reforma bien pensada puede marcar un antes y un después. Eso sí, hay que hacerla con cabeza: cumpliendo la normativa, controlando el presupuesto y pensando en la experiencia de quienes vayan a disfrutarla.
Vamos paso a paso, que no es tan complicado como parece, pero conviene tener las cosas claras desde el principio.
Empezar con buen pie: lo legal primero
Antes de mover un solo ladrillo, toca confirmar que puedes convertir la vivienda en un alojamiento vacacional. Y aquí hay tres cosas que no puedes pasar por alto:
1. Las normas de la comunidad
Algunas comunidades de vecinos limitan o directamente prohíben el alquiler turístico. O aplican recargos en los gastos. Lo ideal es revisar los estatutos o consultar al administrador. Mejor saberlo desde el principio que tener problemas después.
2. La licencia turística
Cada comunidad autónoma tiene sus reglas. En Madrid, por ejemplo, necesitas registrar la casa como VUT. En Andalucía, basta con una declaración responsable y un número de registro VFT. No hay una regla única, así que toca mirar bien en tu ayuntamiento o en la web oficial.
3. El registro de viajeros
Si vas a alquilar, tendrás que informar a la Policía o Guardia Civil de quién se aloja. Y hay que hacerlo en menos de 24 horas desde su llegada. Es rápido, pero obligatorio.
Trámites y obras: lo que sí y lo que no
No todas las reformas necesitan los mismos permisos. Dependerá de lo que vayas a hacer:
- Si solo vas a pintar, cambiar el suelo o renovar las puertas interiores, te bastará con una declaración responsable.
- Si piensas en tirar tabiques, modificar fachadas o tocar la estructura, ya hablamos de licencia de obra mayor.
Y cuidado, porque en algunas zonas también te van a pedir la cédula de habitabilidad o licencia de ocupación para demostrar que la vivienda cumple lo mínimo: ventilación, seguridad, salubridad.
Lo técnico también importa (y mucho)
Hay normativas que no puedes saltarte, y que además te conviene seguir. Mejoras el valor de la casa, ahorras en consumo y evitas sustos. Algunas claves:
- CTE (Código Técnico de la Edificación): regula desde aislamiento térmico hasta accesibilidad y seguridad.
- RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas): se aplica a calefacción, aire acondicionado y agua caliente.
- Certificado de eficiencia energética: sin él no puedes alquilar legalmente. Además, mejora tu anuncio.
Si puedes invertir en ventanas con doble acristalamiento, buen aislamiento y climatización eficiente, vas por buen camino. Y los huéspedes lo notan.
Una distribución con sentido
No es lo mismo vivir todo el año que pasar unos días de vacaciones. Por eso, la distribución tiene que adaptarse al uso:
Espacios abiertos
Unir cocina, comedor y salón da amplitud y mejora la convivencia. Además, facilita el día a día.
Dormitorios prácticos
Buena luz, cortinas que bloqueen, enchufes al lado de la cama y colchones decentes. Si cabe un armario amplio, mejor. Nada que no quieras tener cuando viajas.
Baños bien pensados
Uno por cada dos habitaciones es lo ideal. Y materiales que aguanten: porcelánico antideslizante, encimeras resistentes a la humedad…
Materiales que aguanten el trote
Las casas vacacionales tienen más uso que una vivienda habitual. Hay más entradas y salidas, maletas, arena de playa… Todo eso pasa factura. Así que elige bien:
- Suelos: porcelánico, vinílico resistente o tarima laminada AC5.
- Paredes: pintura lavable, colores claros, fáciles de mantener.
- Cocina: encimeras de cuarzo, muebles con buen almacenamiento y electrodomésticos que gasten poco.
Un poco de tecnología nunca está de más
No necesitas convertir la casa en una nave espacial, pero hay cosas que hacen la vida más fácil:
- Cerraduras inteligentes: check-in sin llaves.
- Termostatos programables: control del gasto energético.
- WiFi rápido: hoy es básico.
- Iluminación LED con regulación: ambiente agradable y consumo bajo.
Seguridad y privacidad: sin excusas
Cuando alquilas, la seguridad es prioridad. No hay margen de error:
- Detectores de humo y extintores visibles.
- Vías de escape bien marcadas.
- Nada de cámaras dentro de la casa. Y si hay fuera, tienen que cumplir la ley.
Que entre por los ojos (pero también funcione)
La decoración no es solo estética, también es funcional. Y si tiene algo local, conecta más con quien llega:
- Paleta neutra con detalles del entorno.
- Muebles prácticos: sofás cama, mesas extensibles.
- Textiles lavables, que no sufran con cada lavado.
Sostenibilidad: no es moda, es valor añadido
Cada vez más viajeros eligen con conciencia. Puedes aportar desde lo simple:
- Bombillas LED.
- Electrodomésticos clase A o superior.
- Aerotermia o bomba de calor.
- Si puedes, paneles solares.
Y ahora, ¿cómo rentabilizarlo?
Ya con la casa lista, queda moverla bien. Algunos consejos:
- Fotos que muestren el espacio de forma realista y atractiva.
- Descripciones claras, sin exagerar.
- Normas sencillas y visibles.
- Un buen servicio de limpieza y mantenimiento, que te quite dolores de cabeza.
Presupuesto orientativo
Es una pregunta frecuente. Aquí va una idea general, aunque todo depende de la ubicación y del alcance de la reforma:
- Reforma básica: 500-700 €/m²
- Reforma media con mejoras energéticas: 800-1.000 €/m²
- Reforma premium con domótica y acabados de gama alta: desde 1.200 €/m²
Detalles que marcan la diferencia
Hay pequeños gestos que hacen que un huésped recuerde su estancia:
- Un manual digital con instrucciones claras y recomendaciones de la zona.
- Kit de bienvenida con algo típico del lugar.
- Flexibilidad en el check-in y un contacto disponible.
- Un rincón para teletrabajar, que cada vez más gente busca.
En Tecnic Project, nos encargamos de todo
Si estás pensando en reformar una segunda residencia para uso vacacional, en Tecnic Project te acompañamos desde el minuto uno. Somos expertos en reformas integrales en Mallorca, y eso significa que gestionamos todo: desde el papeleo y los permisos hasta el diseño, la ejecución de la obra y la entrega final.
Conocemos la normativa local, trabajamos con materiales que aguantan y cuidamos cada proyecto para que tu casa no solo cumpla con la ley, sino que también guste y funcione en el mercado vacacional.
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